En la tarde noche del día 4 de diciembre de 2018 ha tenido lugar la Conferencia, dentro del Curso de Formación para la Hermandades del sector norte Casco Antiguo, titulada “Dignidad de la persona frente a la ideología de género”.

Ha sido impartida por Don José Contreras Peláez, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla.

En esta ocasión nos ha acogido la Hermandad de la Hiniesta.

Comienza esta interesantísima ponencia haciéndonos ver la diferencia, aún mejor, la contraposición entre sexo y género.

Como determinación biológica existen dos sexos diferenciados: machos y hembras. Ambos cooperan necesariamente para la reproducción de los individuos de las distintas especies.

En clave genética, el cromosoma 23 es determinante del sexo del individuo en el caso de los humanos y de muchos otros mamíferos:

XX.- Mujer XY.- Hombre

Nuestro sexo está, por tanto, en cada una de las células de nuestro cuerpo.

Los ideólogos de género no es que nieguen el sexo, sino que intentan cuestionarlo. Defienden que las mujeres se comportan de forma femenina porque se les ha enseñado a ello. No tenía por qué haber sido así. Igual se puede decir en el ámbito masculino.

De ahí la famosa frase “la mujer no nace sino que se hace”

Los roles de género construidos socialmente tienen una vertiente en la que afirman que el hombre domina a la mujer, por lo que se les ha asignado a ellas labores “femeninas”. De este modo, el rol social favorece al sexo masculino por ser socialmente “dominante”. No es preciso recalcar que esto es ofensivo para la mujer, por ello es necesario deconstruir lo que está genéticamente determinado y que diferencia por sexo al hombre y la mujer, para que la mujer se autoconstruya su propio rol.

En esta nueva realidad existe la más absoluta libertad: por ello aunque los sexos son dos, los géneros no tiene porqué estar limitados. Pueden existir tantos géneros como individuos.

LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO. Los cristianos sabemos por Revelación , Génesis 1, 27 que “ Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Es decir que Dios quería que hubiese dos sexos. Es por ello que nos dice: “Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Creced y multiplicaos”

Existen dos sexos y es necesario que ambos cooperen para que la humanidad se extienda. Cuando negamos la existencia de dos sexos, negamos nuestra propia existencia y la humanidad no podría reproducirse.

Es lo que está ocurriendo en estos momentos: a nivel mundial la tasa de natalidad está bajando hasta mínimos preocupantes, estando muy por debajo de lo que sería necesario para que se produzca el relevo generacional.

En otro ámbito, el científico, podemos recurrir a lo evidente: la enorme antigüedad de la binariedad sexual. Es innegable que existieron dinosaurios machos y hembras.

Sólo organismos poco complejos se reproducen por sí mismos, generando copias de sí mismos. Sólo la fecundación provoca la reproducción de individuos con características nuevas, haciendo posible la evolución de las especies.

La división de la humanidad en hombres y mujeres no quiere decir que todas las diferencias sean naturales: También existe un componente cultural: pero esta componente cultural no es arbitraria, sino que tiene una lógica natural. Así por ejemplo, los hombres tienen más masa muscular, preparados para defender con sus cuerpos los poblados de los asaltos de otras tribus, mientras que la mujer, tiene más grasa para que su cuerpo esté más preparado para poder alimentar a la prole en la etapa posterior al parto, durante la lactancia. Por eso podemos afirmar que determinados comportamientos vienen “de fábrica”, ya que es en el cerebro donde durante la gestación del feto se asimila la testosterona en los varones, mientras que se ha demostrado que los ovocitos en las hembras están latentes ya desde la etapa fetal.

Estas cuestiones, que para algunos son de lógica, en la actualidad traer consecuencias nefastas si son expuestas en algunos foros.

Así al trabajador James Damore, Ingeniero en la empresa Google, le costó su puesto de trabajo, al hacerse viral un Memorándum interno en el que simplemente aludía a estudios científicos. El quid de la nota de Damore fue que los esfuerzos de diversidad de Google están fuera de lugar, que las mujeres pueden ser biológicamente menos adecuadas para trabajos de ingeniería y programación en la industria tecnológica, y que Google crea un entorno hostil para los conservadores.

La compañía impedía que pudiera haber discusiones honestas sobre asuntos políticamente incorrectos como el de la discriminación y la diversidad. Damore aseguraba que era razonable que hubiera menos mujeres empleadas en Google en puestos técnicos porque, como grupo, las mujeres tienen menos interés por profesiones de ciencia e ingeniería. Damore, que tiene un máster de Biología de Sistemas por Harvard, respaldaba sus opiniones con numerosos artículos científicos, y una revisión del estado actual de la ciencia le daba la razón.

El problema de la incapacidad de aceptar opiniones que se alejan de la ortodoxia izquierdista en Google es que al provocar un ambiente en el que sólo se puede pensar de una manera sobre una serie de temas se piense que es la forma correcta de pensar y eso se refleje incluso en los resultados de búsqueda del gigante informático Google.

James Damore, en respuesta a su despido por machista, ha demandado a Google por discriminar a los hombres blancos de derechas.

Vemos como en la actualidad la lucha de sexos sustituye a la lucha de razas o a la de amos y siervos.

Se trata de desmantelar los privilegios del hombre blanco en posiciones más importantes, atribuyendo este hecho a situaciones de dominación y discriminación.

Demore no sólo negó esta cuestión, sino que defendió que simplemente el cerebro y la inteligencia de hombres y mujeres es diferentes; no mejor ni peor. Simplemente diferente. Es innegable que, mayoritariamente, al hombre le interesa más interactuar con cosas (maquinaria, edificios, ordenadores) mientras que a la mujer le interesa más las personas. Esto no es algo adquirido culturalmente; son diferencias cerebrales.

LA TRANSEXUALIDAD Que existe la transexualidad es evidente.

Lo que es muy diferente es la disforia de género en niños.

Antes de la Ideología de género, los psicólogos procuraban técnicas asociadas a la mente de estos niños. Hoy nos es impuesto que hay que cambiar el cuerpo, no la mente.

Si antes la cuestión era abordada desde el punto de vista psicológico, hoy se obliga a admitir a la sociedad lo que ellos o ellas quieran. Ni que decir tiene las contraindicaciones que tienen los bloqueadores hormonales que son utilizados en la actualidad en los niños y niñas antes de la pubertad.

Antes, en la mayoría de niños con disforia de género, ésta desaparecía al entrar en la pubertad. Hoy día se fuerza de tal manera l reloj biológico que no se da tiempo a que la personalidad de estos niños se forme.

EL FEMINISMO: 3ª OLA La ideología de género se puede considerar como la tercera ola del movimiento feminista.

Para entender esto es necesario precisar que consideramos la primera ola del feminismo aquella que defendía derechos que hoy consideramos como evidentes, como el derecho al voto, la equiparación entre hombres y mujeres, el no sometimiento de la mujer a su esposo… Derechos defendidos y adquiridos en los años 60.

La segunda ola del feminismo propugna la igualdad ante la ley de la mujer que entienden son consideradas inferiores por el mero hecho de ser esposas y madres. Por ello se quiere liberar a la mujer de la maternidad, siendo el aborto la máxima reivindicación.

Al feminismo de la tercera ola no le vale con todo lo anterior: por eso el mismo concepto de sexo femenino debe ser rechazado.

Pero si esto mismo es admitido caemos en la enorme contraindicación de que si no existe el sexo femenino no puede, por ende, existir el femenino ni la homosexualidad.

Concluye la ponencia Don Francisco José Contreras afirmando que dentro del marxismo cultural surgen contradicciones entre las diferentes corrientes.

Todo esto, no cabe la menor duda, es nocivo para el ser humano.

La charla concluyó con varias preguntas e intervenciones de los asistentes que fueron aclaradas por el conferenciante que fue ampliamente aplaudido por todos.