Durante el pasado fin de semana nuestra Hermandad, representada por su Hermano Mayor, participó en un encuentro convocado por la Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado de Cuenca, cuyo objetivo era dar el primer paso para la fundación de una confraternidad que agrupe a hermandades de la Resurrección de toda España “que tengan como uno de sus fines principales la devoción y el culto público a Nuestro Señor Jesucristo Resucitado o al Misterio de su Sagrada Resurrección, en cualquier advocación que su sagrado Titular reciba”. A esta primera sesión asistimos las hermandades de Tarancón, Córdoba, Sevilla y Cuenca, incorporándose más tarde la de Mota del Cuervo.

Atendidos espléndidamente por nuestros anfitriones conquenses, el encuentro comenzó con una visita guiada a las casas de hermandad de tres de las treinta y tres cofradías de la Ciudad, en concreto las del Santísimo Cristo de la Luz, Nuestra Señora de la Soledad y Jesús Resucitado, seguida de la primera parte de la visita cultural al casco antiguo de la localidad.

Tras un almuerzo fraterno tuvo lugar la reunión en la que se debatió y aprobó el documento en el que se exponen naturaleza y fines de la proyectada entidad –que adoptará la forma de confederación a tenor de lo dispuesto en el canon 313 del CIC–, así como el itinerario de las gestiones que se realizarán. Llegados a un acuerdo, el documento –denominado Declaración de Cuenca– fue firmado por los representantes de las cuatro hermandades presentes, actuando como testigo de este momento histórico el Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cuenca.

Posteriormente, asistimos al último día del triduo a María Santísima del Amparo, titular de la hermandad anfitriona, finalizándose a continuación la visita cultural a la ciudad. La mañana del domingo se reservó para participar en la Solemne Función a la Virgen del Amparo, concluyendo el encuentro con las correspondientes fotografías de familia.

La convivencia de estos días produjo un rico intercambio de información sobre la historia, experiencia, aspectos formales, usos y costumbres de cada hermandad, constatándose, por un lado, grandes diferencias entre unas y otras y, por otro, la unidad en torno a la fe en la Resurrección y la devoción a la Santísima Virgen.

Agradeciendo de nuevo la excelente atención de nuestros hermanos de Cuenca, deseamos lo mejor para esta Confraternidad que ahora comenzamos a gestar, y en la que participamos convencidos de que el conocimiento y el apoyo mutuos redundarán en una mayor y más profunda devoción al misterio de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.